Nicaragua: Hilos y naturaleza

Nicaragua.Jinotega

En el kilómetro 135 de la carretera Matagalpa-Jinotega, después de entrar a una trocha sólida para bajar y luego subir unos pocos metros, está la Fundación María Cavalleri. Aquí se respira a la naturaleza y es sin duda alguna uno de los más hermosos parajes de Matagalpa. Ubicada en la comunidad conocida como Molino Norte, la fundación de 24 manzanas fue nombrada en honor a una de las compañeras que formó parte en los inicios del Colectivo de Mujeres de Matagalpa.

Wendy Quintero Chávez*

El centro fue ideado para alojar a quienes desean desconectarse del mundo y adentrarse a otro donde poder reflexionar solo, en pareja o en grupos. El clima es frío, pues la fundación está rodeada de cerros con abundante vegetación y animales silvestres.

Al llegar lo primero que uno ve es un bello sendero rodeado de árboles y plantas que finaliza en el paqueo del centro. Hasta donde alcanza la vista las edificaciones se alzan entre un hermoso jardín unido por caminos y gradas construidas con piedras de río.

Todo está bien cuidado, limpio y tiene lo necesario para pasar una estancia lejos del ruido urbano. La Internet y la televisión por cable no están incluidas en el paquete por lo que te desconectas del mundo, salvo que lleves tu radio o utilices tu celular como uno. Por cierto, acá si queréis llamar o que te llamen a tu cel debes ir a la parte más alta del sitio para tener señal, de lo contrario estás fuera de cobertura.

Por dos días un grupo de comunicadores de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, nos sumergimos en un taller sobre producción radiofónica enfocados en la elaboración de viñetas para una campaña regional que promueve a la Comunicación como un derecho humano.

La magia del lugar junto a la experiencia y calidad de los radialistas hicieron que la creación colectiva fuera un volcán en erupción. Mi placer más grande fue ver a aquel grupo de personas en una sintonía total produciendo los textos que pronto se escucharán en 72 medios de comunicación comunitarios de Centroamérica.

Claro que no todo fue trabajo, en los momentos de receso y al final de la tarde pude realizar breves recorridos por algunos de los senderos definidos en la fundación. Con un par de zapatos tenis, ropa cómoda y un sueter me aventuré a recorrer de punta a punta el lugar. Es maravilloso sentir a la tierra que está viva, observar la vegetación y escuchar la gran variedad de pájaros que usan el bosque como refugio.

Uno de mis sitios favoritos fue el telar del grupo de mujeres que elaboran diversos artículos de forma artesanal. A este colectivo se le conoce como Tejedoras entre Hilos Molino Norte y hacen bolsos de diversos tamaños con hilos y sacos que luego son vendidos a los visitantes. De esa manera se ayudan económicamente, cuentan con un empleo digno y mantienen vivo el legado ancestral de tejer.

*Animadora AMARC Nicaragua

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